viernes, 21 de enero de 2011

PRÓLOGO: EL HOMBRE

Esta es la triste historia de VonTrierville, el lugar donde nacieron algunas de las más brillantes ideas de la historia del séptimo arte.


VonTrierville es un pequeño universo dividido en varios rincones, donde se guardan las distintas inquietudes de su habitante, cada una con un tema y nombre asignado.  A lo largo de los meses, se irán descubriendo nuevos detalles acerca de él, sus pensamientos y su relación con este extraño espacio.
Nuestro protagonista, Lars, es un hombre de mediana edad, estatura normal, y una mente perturbada, a la par que prodigiosa. Diferente, atrevido o polémico son sólo algunos de los calificativos que se pueden utilizar para intentar definir la personalidad de este ser infrahumano, dotado con la extraña habilidad de lograr que cada una de sus obras permanezca en la memoria de aquel que las visiona. Para bien o para mal. También de remover entrañas, agarrar corazones y pisotearlos, sin remordimiento alguno. En definitiva, destrozar el alma de sus espectadores, para que puedan reconstruirla a través de sus mensajes nada subliminales.
Pero basta de palabrería insulsa. Que comience la locura.

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