domingo, 12 de junio de 2011

CAPÍTULO 36: MISMA PREMISA, DIFERENTE PROTAGONISTA


Tras hablar con Thomas y comentarle su última ocurrencia, Lars se dispuso a ultimar detalles del guión. Todavía le quedaban personajes que limar, y el final no le convencía demasiado; pero se sentía satisfecho con aquel proyecto. No porque volvieses a dirigir su mirada hacia los EEUU (aunque, en realidad, su tesis se extrapolara más allá de las fronteras norteamericanas), sino por razones más contudentes: por un lado, suponía todo un reto realizar otro filme de idénticas características a las de Dogville sin caer en la reiteración; y por otro, la creación de una nueva trilogía (algo a lo que ya estaba acostumbrado y con lo que se sentía muy cómodo) era otra forma de comprimir toda su hostilidad hacia el ser humano (y no exclusivamente a los estadounidenses). 
 
Era cierto que, además de la estética, su nuevo proyecto compartía protagonista. Grace se trasladaba a otro paraje en busca de verdaderos sentimientos, para comprobar si de verdad existe la bondad y generosidad humana. Acompañada de su padre, la joven se percatará que ese altruismo que tanto anhela encontrar es pura utopía, lo que le conducirá a encontrarse en una espiral de angustia.

Fascinado por su interpretación en el volumen anterior, nuestro protagonista decidió llamar a Nicole. Sabía que sólo ella podría resolver la complejidad en la que se halla Grace; la única capaz de dotarle de personalidad suficiente y construir un personaje inigualable. Pero, esta vez, no contaría con la participación de su amiga. 

No podía negra que una profunda decepción acababa de embargarle. Pero ese estado de ánimo pronto se transformaría...

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