domingo, 6 de febrero de 2011

CAPÍTULO 3: REPERCUSIÓN

Días después de la creación de aquel manifiesto, la polémica se había desatado. La gente no aceptaba los nuevos cánones que dictaminaban la nueva (y urgente) revolución de la industria audiovisual. 

Lars no comprendía qué mal podía causar porque, de hecho, sólo lo había creado para fomentar el pensamiento y reflexión, para criticar la conducta de una sociedad carente de valores, encaminada al desastre (físico e intelectual). Entre crítica y crítica, decidió ir a casa de su cómplice, cuyas palabras le podrían animar y, así, hacer frente a este asunto, turbio por momentos. 

Mientras cavilaba sobre ello, de repente, lo vio. Allí estaba. Stellan, uno de los jefes de departamento de la escuela de cine donde Lars estudiaba. A Stellan nunca le había supuesto un problema opinar sobre el trabajo de sus alumnos, entendiendo que "opinar" adquiría forma de crítica (más cercana, eso sí, al insulto gratuito que a la constructiva). De modo que, sin que nadie lo remediara, el mandamás detuvo a Lars.

- Lo que habéis hecho es inconcebible. ¿Creéis, de veras, que esas absurdas normas van a funcionar? No podéis prohibir tantos detalles, tantas elementos imprescindibles para el buen funcionamiento de un filme. Si el cine es arte, y el arte es poder expresarse como se desee, no puedes imponer tus tonterías. Además, encuentro algunas contradicciones que se generan en este decálogo.Por ejemplo, cuando defines  las "acciones superficiales", prohíbes las armas y asesinatos pero no el sexo explícito. ¡Ah! También me parece curioso el artículo sobre la linealidad temporal de la película, pues se rompe al montar los distintos planos... 

- ¿No te das cuenta de que por primera vez, no importa quién es el que hace las película? Debemos ponerles uniformes a nuestras películas, porque el cine individualista será por definición decadente- afirmó rotundamente Lars, sin estupor alguno. Y sin más, se puso a caminar, sin terminar de escuchar la verborrea incesante (y dicho sea de paso, pedante) de Stellan. 

Sin embargo, tiempo después esa misma conversación regresaría a su mente, para recordarle lo que pudo (y debió) ser.

2 comentarios:

  1. Me encanta cómo estás orientando tu blog. Muy original. Te seguiré leyendo :P

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  2. Sorprendida me hayo, y seguidora tuya me declaro! :-O
    ánimo con esto, parece genial!

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