domingo, 24 de abril de 2011

CAPÍTULO 22: EN BUSCA DE LA TRAGEDIA

Inaudito. Era la primera vez que una película de Lars había conseguido conectar con tantísimas almas. Es cierto que siempre recibía ovaciones (acompañadas de abucheos, eso sí) por parte de la crítica y público. Pero en esta ocasión la unanimidad había sido casi absoluta. 


La historia de amor y sacrificio que planteaba “Rompiendo las olas” era, por encima de todo, real y humana. Quizá ese factor naturalista había sido el determinante para que se lograra el definitivo consenso. O puede que el personaje de Bess, a través de su ternura y un punto enfermizo, fuera el elemento con el que el espectador alcanzase la empatía y se viera reflejado en ella. 


Sea como fuere, resultaba curioso que su historia más romántica fuera la más aplaudida, hecho que se demostró con el Gran Premio del Jurado en el certamen (el primero de una gran recolecta de reconocimientos). Fue entonces cuando se planteó la posibilidad de realizar otra Trilogía, tal y como había hecho unos años atrás con su visión de Europa (plasmada en los filmes El Elemento del crimen, Epidemic y Europa). Esta vez se centraría en la figura femenina como motor, como centro. Pero esos personajes principales no serían meras marionetas. Compartirían una virtud y un contexto que les obliga a ponerla a prueba: El amor y el sacrificio, como el que mostraba Bess, serían expuestos de nuevo. Desde distintos ángulos, pero manteniendo esa esencia de bondad.



No hay comentarios:

Publicar un comentario