domingo, 22 de mayo de 2011

CAPÍTULO 30: DOBLE MORAL EPISTOLAR



Nicole había confirmado su participación en la película. Con un ramo de rosas, y una nota, Lars consiguió captar la atención de la actriz. En la carta, el danés prometía que si aceptaba, la tratarían muy bien, pero confesaba que el presupuesto con el que contaban era muy reducido:

“Señorita Kidman, 

Estoy preparando un nuevo proyecto, en el que me gustaría contar con su participación. La historia transcurre en Dogville, un pueblo situado en la Montañas Rocosas, al sur de EEUU. En él habitan personajes dispares, entre los que destaca Tom, el hijo del Alcalde. Una noche, el joven oye unos cuantos disparos, y de repente, aparece una mujer (llamada Grace) entre las piedras de la colina. Busca refugio, y le pide a Tom que la esconda. A cambio, ella se ofrece para ayudar al pueblo en todo lo que les haga falta. Pero el precio de la doble moral en la que se basan los vecinos de Dogville resultará más caro de lo que ella se imagina...


Desde que comencé a escribir el guión, no podía evitar ponerle su rostro a Grace... No sabe lo feliz que me haría verla interpretar este personaje. No creo que otra actriz pudiese darle los matices que, seguramente, usted le proporcionaría. Eso sí, he de advertirle que el personaje sufre múltiples vejaciones y humillaciones, por lo que debe estar preparada para afrontar todo ese dolor que va a llevar sobre la espalda. En ese sentido, y para que se haga una idea, su rol encajaría perfectamente en la Trilogía "Corazón de Oro", es decir, de esas mujeres a las que no les importa sacrificarse por algo o alguien que realmente merezca la pena...

Si acepta, prometo que le trataremos muy bien; aunque es cierto que no contamos con mucho presupuesto, por lo que tendría que cobrar mucho menos de lo que está acostumbrada…

Un saludo más que cordial”


No obstante, lo que nuestro protagonista no imaginaba era que ella deseaba trabajar con él desde hacía tiempo, sin importarle el dinero que pudiese cobrar. El mero hecho de ponerse a las órdenes del director ya le complacía, y le llenaba mucho más que involucrarse en cualquier filme con sello hollywodiense. 

Tampoco podía esperar que, de nuevo, Cannes le esperaría…




 

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