domingo, 29 de mayo de 2011

CAPÍTULO 33: DESTRUCCIÓN MASIVA (FEMENINA)

Thomas, contento con las premisas que planteaba Lars, decidió pedirle a su amigo que se encargara del guión definitivo de su película. Nuestro protagonista, cuyos planes no incluían ponerse detrás de una cámara, aceptó el reto.



Trabajar el mismo tema desde otro ángulo distinto llamaba poderosamente su atención. Además, había muchos elementos que le disgustaban de aquel país. Especialmente, en lo que se refería a la política de las armas. ¿Cómo era posible que, desde temprana edad, cualquier americano tuviera acceso a esa forma de destrucción física y moral? ¿Y por qué no utilizaban ese fondo para fortalecer a la nación a través de medios pacíficos? Desde luego, eran preguntas obligadas si se reflexionaba sobre esa sociedad.

Sin darse cuenta, ya tenía los dos elementos para el libreto: la perspectiva (vista desde la mirada adolescente) y el conflicto (las armas como desencadenante de la rivalidad entre los personajes). También tenía pensado utilizar la estética que había utilizado en su filme anterior (es decir, la ausencia de escenario); aunque tampoco se deshacía de otro de los pilares fundamentales de su obra: la presencia femenina como motor y centro de la historia. Aunque esa importancia no sólo recayese en lo puramente humano…

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